Recortables

Uno de mis juguetes favoritos cuando era pequeña eran los recortables, llegué a tener 100 muñecas unas compradas y otras hechas por mí.
Pasaba horas poniéndolas y quitándolas vestidos con esas pestañas que tienen. Los recortables los compraba en el estanco, me las vendían las dependientas que eran dos hermanas muy viejas yo por lo menos siempre las he visto muy mayores me sacaban un libro muy gordo y yo agarrada al borde de la mesa de madera iba mirando los modelos mientras ellas iban pasando las hojas. Cuando veía una que me gustaba decía “esa” y ellas me arrancaban la hoja, no tengo ni idea de cuanto costaba cada una
           
Luego en casa ya tenía la tarde hecha, estaba toda la tarde recortando y poniendo el nombre a la muñeca, se lo escribía por detrás a ella y a sus vestidos para saber a que muñeca correspondía cada  uno.
Luego guardaba las muñecas en una caja de madera que me trajeron los Reyes en casa de mi tía y que era un costurero (un regalo muy socorrido en aquella época)
Guardaba cada muñeca con sus vestidos en un sobre de cartas de esas que tienen ventana y que cogía del trabajo a mi padre, que organizada verdad?
Había veces que yo misma hacia la muñeca calcaba una muñeca de las que mas me gustaba y la iba haciendo los vestidos que copiaba de las películas que veía y tan chula….
También me compraba unos libritos de Bruguera en los que la muñeca venia punteada para recortarlas con la mano y además venia una especie de peana para encajar la muñeca pero no resultaba bien porque estas muñecas son cabezonas y con el peso se las venia hacia abajo, y mañosa que soy las pegaba un palillo por detrás para que se sujetara.

 

 
 


 

Cuando ya dejé de jugar con los recortables se lo regalé a mi hermana y poco a poco fueron desapareciendo, sólo han sobrevivido unos pocos, en las siguientes fotos os los enseño.